martes, 4 de junio de 2013

MARTIN PESCADOR

El dorso del cuerpo, cabeza y alas es azul-turquesa con destellos verdoso-metálicos. El vientre y un par de zonas bajo los ojos son de color naranja, mientras que las zonas de la garganta, orejas y orificios nasales son blancas. A pesar de éstas generalidades, es complicado dar un patrón exacto del color de su plumaje, ya que éste varía según la incidencia de la luz. En cualquier caso, es un ave inconfundible.
El pico es largo, constituyendo una parte nada despreciable de la longitud total del cuerpo (15,5-19 cm), de color negro con transición a naranja en la zona más cercana a la cabeza de la mandíbula inferior. La envergadura alar ronda los 7,5 cm y el peso medio los 35 gramos. Las patas son muy cortas, y al igual que los pies son de color rojo vivo. El dimorfismo sexual en esta especie es poco acusado: en las hembras, la zona de color anaranjado de la mandíbula inferior es más amplia.
Sorprendentemente, a pesar de su espectacular plumaje, su mimetismo con el entorno es grande. El plumaje castaño del pecho hace que sea difícil de ver desde la otra orilla, y su espalda y alas azul se confunden con el agua del río si se le ve de espaldas.

PALMA DE MORICHE

No se puede escribir sobre el Morichal, esa comunidad vegetal dominada por la palma Moriche, tan abundante en los llanos orientales de Venezuela, sin recordar las eruditas descripciones botánicas del Profesor Francisco Tamayo, ni se puede describir como ambiente ecológico sin leer a Valois González, un joven botánico que ha estudiado y descrito las relaciones ecológicas del Morichal en tiempos más recientes.
El morichal crece en zonas donde las corrientes de agua son muy tranquilas, y se nutren de aguas muy limpias que han sido filtradas en los arenales de los suelos de las sabanas. El color del agua es el del té, causado por la suspensión en el agua de sustancias húmicas. El suelo del Morichal es limoso, pantanoso y anegadizo. Se puede decir que los moriches crecen casi exclusivamente en lugares permanentemente anegados.
En esta comunidad biológica la planta dominante en número y en altura es el moriche, alcanzando su fronde los diez metros de altura. A medida que se desarrolla la corriente de agua del morichal, se convierte en un río cada vez más anchuroso y el bosque ribereño se enriquece en variedad con otras especies de árboles como el zarcillo, el guamo, el carricillo y muchas otras especies.
El agua del Morichal es el hogar del pez temblador, el Pavón y la Guabina. En sus riberas viven el pato real, los loros y Guacamayas, el pájaro vaco y hasta uno que otro jaguar. Pero el Moriche es tan dominante que también influye en la cultura de los indios Cariña, quienes hacen maravillas en cestería con las fibras de sus hojas al tiempo que también aprovechan sus frutos comestibles. Para los Cariña, la palma Moriche es como el maná.

NUESTROS HERMANOS INDIGENAS DEL CAPANAPARO


El pumé o yaruro es una lengua viva nativa americana y oficial de las comunidades de la etnia de los yaruros que viven al sur del estado Apure, en Venezuela, quienes habitan principalmente en las llanuras de los ríos Arauca y Sinaruco, a unos 160 km de San Fernando de Apure, la capital del Estado, algunos sedentarios en poblados como Palmarito y Guachara. En años recientes un pequeño número ha emigrado hacia el norte del estado, para establecerse en las inmediaciones de la carretera principal, desde Achaguas hasta San Fernando. Se estima que el pumé es hablado por unas 4.500 personas en la región. Su rama lingüística es independiente, por lo que se le considera una lengua aislada y de tradición oral, siendo su escritura una respuesta socio-científica para su estudio y divulgación, derivando en publicaciones bilingües pumé-español-pumé. Investigaciones han constatado que "los niños yaruros de comunidades ya sedentarias son bilingües"5 (pumé-español). En mayo de 1999, en la zona de influencia de la población de Guachara, fue unificado el alfabeto pumé, en un taller para maestros yaruros afiliados al Régimen de Educación Intercultural Bilingüe